ENTRE CHEVANTON Y LA SEÑORA

Anoche tuve la osadía de ver el encuentro que daba la sexta en la peña madridista de mi pueblo. Y digo osadía porque en esta peña está la personificación de aquellos aficionados que tanto mal hacen al fútbol: el típico (la típica en este caso) cínico que exagera todo, tanto lo favorable como lo contrario.

Por el contrario tuve la suerte de ver un partidazo. El Madrid empezó ganando con un centro-chut de Beckham. Por mi mente se pasaba aquello de que Palop se la había tragado. Por el sector izquierdo de la sala la moscardona elevaba la voz una vez más: "¡qué coño cantada! ¡si ha sido un golazo!" Poco después el Sevilla empataba, tras una gran acción de Kanouté. La señora destacaba la suerte que había tenido el de Mali. Quizás le vendría mejor reconocer que la defensa de su equipo estuvo lentísima y pasiva.

Y es que el Sevilla es un buen equipo que tiene sus armas: pega mucho y finge más. "En Sevilla debe haber muy buenos teatros y mejores carnicerías". La verdad es que aquí no le falta razón, pero seguramente si sus jugadores hicieran lo mismo no serían duros y teatreros, sino contundentes y pícaros. Y en la segunda mitad, el segundo del Sevilla. La señora exigía falta de Chevantón en vez de recriminar a Megía su actitud fría y despreocupada.

Antes de esto había llegado la ocasión de Ronaldo. Y aquí es cuando más me indigna la aficionada de la izquierda. Cuando Ronaldo está bien, se deshace en halagos al crack brasileiro. Si Ronaldo falla, lo crucifica. Antes del final gritó a Maresca: "si no puede jugar que se vaya, o tarjeta". Ya le gustaría a ella que algún jugador de su equipo mostrase la garra del italiano. Y eso que ayer el Madrid jugó bien. Peleón, con toque, y con un gran Emerson. Pero la señora seguía enrabietada. Llegó el final del partido. El Madrid había jugado bien (reitero: peleón, con toque, y con un gran Emerson) pero había perdido. La señora volvería triste a casa.

Y así cada dos fines de semana. La guerra psicológica en la que ella atiza a quien se ponga por medio y un servidor calla. Para la ocasión de ayer me dejé unas cuantas preguntas en el tintero como ¿cuánto más hizo Van Nistelrooy que Ronaldo? ¿Por qué Robinho baja tanto su rendimiento cuando es suplente? En otra ocasión se lo preguntaré. Salud señora. Salud.