18 Septiembre: Se equivocó la paloma

18 de Septiembre 2006
Se equivocaban aquellos que pensaban que Capello iba a caer por su propia tozudez. Podrá caer -y de hecho de momento el dedo del pueblo sigue apuntando hacia abajo- pero no caerá por su orgullo cabezota. Ayer mismo ya quitó a Emerson, ese jugador con pinta de hombre oscuro y cansado, en el que había basado todo su proyecto de equipo. Y puso, además, el talento al servicio del público.

Quizás deje de equivocarse algún día y junte toda su artillería: Van Nistelrooy, Cassano, Robinho y Reyes. Sin Beckham ni Raúl. Porque se equivocan también los que consideran al capitán imprescindible. Raúl corre, lucha y tiene carácter, pero para eso ya están (o deberían) Emerson y Diarra. La aportación de Raúl para con su equipo es nula, más allá del trabajo antes mencionado. Como la de Beckham. Se equivocan los que quieren premiar su entrega con la titularidad y se equivoca él mismo si cree que para jugar en el Real Madrid basta con correr.

Pero se equivocan también los que creen que el fútbol termina en Chamartín, y que no hay nada más en ese mundo circense del balompié. Se equivocan, quizás fruto de los malos resultados, los aficionados del Athletic Club. Se equivocan los que creen que no (me) duele ver a un histórico en una situación tan angustiosa.

Se equivocan los que ven flor de un día el proyecto de Quique Flores, y se equivocan los que quieren degollar a López Caro antes de que la liga dicte sentencia. Como se equivocaba Aguirre dejando a su jugador más talentoso y descarado en el banco. Y para culminar las equivocaciones se equivocan quienes no confían en el Baby-Depor.

Porque así es el fútbol, un deporte que cambia el estado anímico de las personas tan pronto como cambia la cara de un equipo con un resultado distinto al que se venía dando. Así se equivocó quién creyó tras lo de Mónaco que el Barca comenzaba a decaer. Aunque de aquel partido no queda equivocación: el Sevilla va para equipo grande. Ahí no se equivocaron.